Iglesia de San Miguel Arcángel
De aspecto humilde, quemada en 1936 durante la Guerra Civil española, la Iglesia parroquial de San Miguel fue considerada –hasta no hace tanto- carente de interés artístico. Al menos, así lo refería Miñano, uno de los cronistas del pasado, en 1829. A nuestro juicio nada más lejos de la realidad. También puede que los gustos y virtudes arquitectónicas hayan variado con el paso del tiempo pues la estética también está sujeta a modas.
Se trata de un edificio barroco de gruesos muros de mampostería, compuesto de una sola nave, donde destaca su arco triunfal de medio punto y su capilla mayor con bóveda de cañón y coro en alto. La entrada está precedida de un pequeño pórtico, adosado al muro, que descansa sobre dos pilares de piedra.
A su izquierda, una columna sostiene una imagen de Cristo redentor con los brazos abiertos. La fachada está coronada por una espadaña con tres campanas que se eleva bajo el cielo de la sierra.
El templo aparece ya citado en algunas fuentes históricas de finales del siglo XVIII aunque, el que hoy visitamos, poco tiene que ver con el original. Fue restaurado en el 2007 a causa de la enorme degradación de su interior por culpa de las filtraciones, fundamentalmente a través del mal estado de la cubierta, que derivaron en serios problemas estructurales. Gracias a estas obras, precisamente, se descubrieron en el ábside unas antiguas pinturas.