Uno de los valores principales del Hayedo de Montejo son sus árboles centenarios y singulares. Pero incluso dentro de ellos hay algunos pies que, por su importancia emocional y su cercanía a las rutas que habitualmente hacemos, han merecido un nombre que las identifica e individualiza.

El próximo 1 de noviembre se cumplen veinte años de la caída de una de estas hayas: el “Haya Hueca”. Situada junto a la senda del río, en uno de los rincones más sugerentes y singulares de nuestro bosque, cubría y daba sombra a todos los que pasábamos junto a ella.

Con su tronco vacío por los años, se mostraba majestuosa hasta que unas ráfagas de aire terminaron quebrándola. Retirada del camino, restos de su madera aún continúan en su lugar, alimentando a hongos e insectos que la incorporan de nuevo al suelo.

Publicamos dos poesías de Rafael de Frutos, vecino de Montejo y cronista del Hayedo, colaborador incondicional de nuestro programa. Una es la que en su día redactó, hace veinte años, al contemplar el monumental árbol en el suelo. La otra, actual, la recuerda y celebra la renovación de la vida que son sus hijas ocupando su espacio.