Patrimonio natural
Apenas existen en el planeta lugares donde no sea evidente la huella humana. De hecho, la configuración de los paisajes que vemos habitualmente son fruto de la intervención continuada de muchas generaciones y en la Península Ibérica es aún más evidente.
Frecuentemente la relación del ser humano con su medioambiente no siempre ha sido respetuosa y nos hemos olvidado de las generaciones venideras. Sin embargo existen lugares en los que eso no ha sucedido, sus pobladores han sabido establecer relaciones sostenibles con su entorno y obtener provecho de ello. Es el caso de la Sierra del Rincón, y motivo por el cual se declaró Reserva de la Biosfera en el año 2005.
Enclavado entre las estribaciones de Somosierra y el macizo de Ayllón, en la parte nororiental de la Comunidad de Madrid, constituye un territorio singular en cuanto a naturaleza española se refiere. A diferencia de otros lugares de Madrid, llama la atención la escasa urbanización, la Sierra del Rincón está libre de edificios fuera de los cascos urbanos, circunstancia que unida a su variedad de ambientes y cambiante relieve permite que sus valores paisajísticos y naturales sean de un valor excepcional. A esto hay que sumar la nutrida representación de fauna, contando con especies singulares para el territorio madrileño.
Hay que destacar sus abundantes formaciones boscosas de roble melojo, sus pinares de pino silvestre, bosques de ribera muy bien conservados y el Hayedo de Montejo de la Sierra, el único hayedo de la Comunidad de Madrid.
Ecosistemas. Flora, fauna, gea
Eminentemente montañosa, la Sierra del Rincón viene definida por su carácter rural y una accidentada orografía.
Cuarcitas, pizarras, gneises y esquistos son los materiales que conforman un relieve de gran valor geológico, tanto desde el punto de visto mineralógico como morfológico.
Fruto de su diversidad de ambientes y de situación fronteriza entre regiones biogeográficas, en la Sierra del Rincón podemos encontrar una enorme variedad de ecosistemas: dehesas de rebollo y fresno en valles y laderas bajas; roquedos, canchales, pinares de repoblación y piornales en las zonas altas; sauces, álamos temblones, abedules, alisos y otras especies de ribera a lo largo de sus cursos de agua. Especialmente valiosos son sus robles albares y hayas.
Toda esta biodiversidad se traduce en un elevadísimo número de taxones, muchos de ellos especies endémicas, protegidas y amenazadas incluidas en catálogos nacionales y europeos. Inventariadas 194 especies de vertebrados y más de 800 especies de vegetales, esa biodiversidad confiere a La Sierra del Rincón un altísimo valor para su conservación.
Entre las especies más significativas destacan las de origen europeo que encuentran aquí un refugio al sur de sus áreas de distribución natural, como el abedul, el roble albar, el tejo y, especialmente, las hayas de Montejo de la Sierra.
Muy cerca de ellas encontramos especies típicamente mediterráneas adaptadas a los secos veranos, como la encina, el enebro, el cantueso y los tomillos.
En torno a los cursos de agua crecen interesantes alisedas y formaciones de álamo temblón.
Son frecuentes rapaces como el águila real, el águila culebrera o el halcón abejero y los extensos bosques son buenos lugares para alcotanes y azores, acostumbrados a desenvolverse en la espesura.
Otras aves de interés son el pechiazul y el roquero rojo, habitantes de las cumbres; el mirlo acuático, que prefiere las riberas, y el cada vez más escaso lúgano, que varía su hábitat según la estación del año.
Entre los mamíferos encontramos endemismos ibéricos como topo ibérico y la musaraña ibérica junto con especies de importancia cinegética, especialmente jabalí y corzo. En los ríos destaca la nutria y en las zonas altas, el topillo nival, adaptado a condiciones climáticas extremas.
Anfibios y reptiles están bien representados en la Sierra. La salamandra y el lagarto verdinegro son especies de distribución norteña, ligadas a las zonas altas, mientras otras, como la culebra de escalera, son capaces de vivir en hábitats más variados.
A todo ello hay que añadir, de forma más puntual, los veintidós árboles de ocho especies catalogados como singulares por la Comunidad de Madrid.
El aprovechamiento de los recursos naturales ha venido marcado históricamente por una agricultura de huertos familiares ligada a los núcleos urbanos y por una ganadería extensiva que ha modelado el paisaje forestal adehesando sus montes y bosques y originando extraordinarios pies de roble, haya o tejo centenarios que, en gran número, están catalogados como árboles singulares. El buen hacer de sus pobladores, antiguos y modernos, se ha reflejado en las dehesas boyales de todos sus pueblos, cercadas por muros de piedra seca que se mantienen en jornadas comunitarias de hacendera.
La recogida de productos como la miel, los derivados de la huerta, leña o plantas medicinales forma parte de los aprovechamientos históricos que, en los últimos tiempos, se están recuperando como elementos básicos para poner en valor de forma sostenible sus variados recursos naturales.
Finalmente, junto a esa variabilidad silvestre, hay que destacar la enorme riqueza agropecuaria que encierran algunas de las razas y variedades agrícolas y ganaderas de la zona, fuente irreemplazable de diversidad genética que se está intentando proteger y aprovechar.
La Sierra del Rincón, uno de los parajes naturales más espectaculares de la Comunidad de Madrid, fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en junio de 2005 gracias a su riqueza paisajística, a la representatividad de sus ecosistemas mediterráneos y a su modelo de conservación de la biodiversidad. Desde aquel año, pasó a formar parte de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera puesta en marcha en 1976 por la UNESCO y compuesta, en la actualidad, por aproximadamente 600 lugares privilegiados que están repartidos por todo el planeta.
En la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón se han inventariado más de 1.000 especies de animales y plantas.
FLORA
Árboles
Abedul blanco (Betula alba)
Abedul común (Betula pendula)
Acebo (Ilex aquifolium) Álamo temblón o chopo temblón (Populus tremula)
Aliso (Alnus glutinosa)
Castaño (Castanea sativa)
Cerezo (Prunus avium)
Encina (Quercus rotundifolia)
Fresno común (Fraxinus excelsior)
Haya (Fagus sylvatica)
Nogal (Juglans regia)
Pino negro (Pinus nigra)
Pino piñonero (Pinus pinaster)
Pino silvestre (Pinus sylvestris)
Roble albar (Quercus petraea)
Roble común (Quercus robur)
Roble melojo o rebollo (Quercus pyrenaica)
Sauces (Salix atrocinerea, S. purpurea, S. alba y S. salviifolia)
Serbales (Sorbus aria y S. aucuparia)
Tejo (Taxus baccata)
Arbustos
Brezos (Erica arborea y E. australis)
Cambrones (Adenocarpus complicatus y A. hispanicus)
Cantueso (Lavandula stoechas pedunculata)
Enebro común (Juniperus comunis)
Escobón (Cytisus scoparius)
Jara (Cistus ladanifer)
Piornos (Cytisus purgans y C. oromediterraneus)
Rosal (Rosa canina)
Tomillos (Thymus mastichina y T. zygis)
FAUNA
Anfibios y reptiles
Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus)
Culebra de cogulla (Macroprotodon cucullatus)
Culebra de collar (Natrix natrix)
Culebra de escalera (Elaphe scalaris)
Culebra lisa europea (Coronella austriaca)
Culebra lisa meridional (Coronella girondica)
Culebra viperina (Natrix maura)
Eslizón tridáctilo (Chalcides striatus)
Galápago leproso (Mauremys leprosa)
Gallipato (Pleurodeles waltl)
Lagartija cenicienta (Psammodromus hispanicus)
Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)
Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus)
Lagartija ibérica (Podarcis hispanica)
Lagarto ocelado (Lacerta lepida)
Lagartija roquera (Podarcis muralis)
Lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi)
Lución (Anguis fragilis)
Rana de San Antón (Hyla arborea)
Rana verde común (Rana perezi)
Salamandra común (Salamandra salamandra)
Sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae)
Sapo común (Bufo bufo)
Sapo corredor (Bufo calamita)
Sapo de espuelas (Pelobates cultripes)
Sapo partero común (Alytes obstetricans)
Sapo partero ibérico (Alytes cisternasii)
Víbora hocicuda (Vipera latasti)
Aves
Abejaruco común (Merops apiaster)
Abejero europeo (Pernis apivorus)
Abubilla (Upupa epops)
Acentor común (Prunella modularis)
Agateador común (Certhia brachydactyla)
Águila calzada (Hieraaetus pennatus)
Águila culebrera europea (Circaetus gallicus)
Águila real (Aquila chrysaetos)
Alcaudón común (Lanius senador)
Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio)
Alcaudón real (Lanius excubitor)
Alcotán europeo (Falco subbuteo)
Alondra común (Alauda arvensis)
Ánade real (Anas platyrhynchos)
Andarríos grande (Tringa ochropus)
Arrendajo común (Garrulus glandarius)
Autillo (Otus scops)
Avión común (Delichon urbica)
Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris)
Azor (Accipiter gentiles)
Bisbita alpino (Anthus spinoletta)
Bisbita arbóreo (Anthus triviales)
Bisbita campestre (Anthus campestris)
Búho chico (Asio otus)
Búho real (Bubo bubo)
Cárabo común (Strix aluco)
Carbonero común (Parus major)
Carbonero garrapinos (Parus ater)
Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)
Chocha perdiz (Scolopax rusticola)
Chochín (Troglodytes troglodytes)
Chotacabras gris (Caprimulgus europaeus)
Chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis)
Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)
Críalo europeo (Clamator glandarius)
Codorniz (Coturnix coturnix)
Cogujada común (Galerida cristata)
Cogujada montesina (Galerida theklae)
Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)
Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus)
Collalba gris (Oenanthe oenanthe)
Collalba negra (Oenanthe leucura)
Collalba rubia (Oenanthe hispanica)
Corneja negra (Corvus corone)
Cuco común (Cuculus canorus)
Cuervo (Corvus corax)
Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala)
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans)
Curruca mirlona (Sylvia hortensis)
Curruca mosquitera (Sylvia borin)
Curruca rabilarga (Sylvia undata)
Curruca tornillera (Sylvia conspicillata)
Curruca zarcera (Sylvia communis)
Escribano hortelano (Emberiza hortelana)
Escribano montesino (Emberiza cia)
Escribano soteño (Emberiza cirlus)
Estornino negro (Sturnus unicolor)
Gallineta común (Gallinula chloropus)
Gavilán (Accipiter nissus)
Golondrina común (Hirundo rustica)
Golondrina daúrica (Hirundo daurica)
Gorrión chillón (Petronia petronia)
Gorrión común (Passer domesticus)
Gorrión molinero (Passer montanus)
Grajilla (Corvus monedula)
Halcón peregrino (Falco peregrinus)
Herrerillo capuchino (Parus cristatus)
Herrerillo común (Parus caeruleus)
Jilguero (Carduelis carduelos)
Lavandera blanca (Motacilla alba)
Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea)
Lechuza común (Tyto alba)
Martín pescador (Alcedo tais)
Milano negro (Milvus migrans)
Milano real (Milvus milvus)
Mirlo acuático (Cinclus cinclus)
Mirlo común (Turdus merula)
Mito (Aegithalos caudatus)
Mosquitero europeo (Phylloscopus collybita)
Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli)
Oropéndola (Oriolus oriolus)
Paloma bravía (Columba livia)
Paloma torcaz (Columba palumbus)
Paloma zurita (Columba oenas)
Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca)
Papamoscas gris (Muscicapa striata)
Pardillo común (Carduelis cannabina)
Pechiazul (Luscinia svecica)
Perdiz común (Alectoris rufa)
Petirrojo (Erithacus rubecula)
Pico picapinos (Dendrocopos major)
Pico menor (Dendrocopos minor)
Picogordo (Coccothraustes coccothraustes)
Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)
Piquituerto común (Loxia curvirostra)
Pito real (Picus viridis)
Rabilargo (Cyanopica cyana)
Ratonero común (Buteo buteo)
Reyezuelo listado (Regulus ignicapillus)
Reyezuelo sencillo (Regulus regulus)
Roquero rojo (Monticola saxatilis)
Roquero solitario (Monticola solitarius)
Ruiseñor bastardo (Cettia cetti)
Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos)
Tarabilla común (Saxicola torquita)
Terrera común (Calandrella brachydactyla)
Torcecuello (Jynx torquilla)
Tórtola europea (Streptopelia turtur)
Tórtola turca (Streptopelia decaocto)
Totovía (Lullula arborea)
Trepador azul (Sitta europaea)
Triguero (Miliaria calandra)
Vencejo común (Apus apus)
Verdecillo (Serinus serinus)
Verderón común (Carduelis chloris)
Verderón serrano (Serinus citrinella)
Zampullín chico (Tachybaptus ruficollis)
Zarcero común (Hippolais polyglotta)
Zorzal charlo (Turdus viscivorus)
Zorzal común (Turdus philomelos)
Mamíferos
Ardilla común (Sciurus vulgaris)
Comadreja (Mustela nivalis)
Conejo común (Oryctolagus cuniculus)
Corzo (Capreolus capreolus)
Erizo europeo (Erinaceus europaeus)
Gato montés (Felis silvestris)
Garduña (Martes foina)
Gineta (Genetta genetta)
Jabalí (Sus scrofa)
Liebre ibérica (Lepus granatensis)
Lobo ibérico (Canis lupus signatus)
Lirón careto (Eliomys quercinus)
Murciélago común (Pipistrellus pipistrellus)
Murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii)
Murciélago de bosque (Barbastella barbastellus)
Murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum)
Murciélago hortelano (Eptesicus serotinus)
Murciélago orejudo meridional (Plecotus austriacus)
Murciélago orejudo septentrional (Plecotus auritas)
Murciélago ratonero pardo (Myotis emarginata)
Musaraña colicuadra (Sorex Araneus)
Musaraña común (Crocidura russula)
Musaraña enana (Sorex minutus)
Musaraña ibérica (Sorex granarius)
Neverón pirenaico (Chionomys nivalis)
Nutria (Lutra lutra)
Ratón de campo (Apodemus sylvaticus)
Ratón moruno (Mus spretus)
Tejón (Meles meles)
Topillo campesino (Microtus arvalis)
Topillo lusitano (Microtus lusitanicus)
Topo ibérico (Talpa occidentales)
Turón (Mustela putorius)
Visón americano (Mustela vison)
Zorro rojo (Vulpes vulpes)
Peces
Barbo (Barbus bocagei)
Bermejuela (Chondrostoma arcasii)
Boga (Chondrostoma polylepis)
Cacho (Squalius pyrenaicus)
Calandino (Squalius alburnoides)
Gobio de río (Gobio gobio)
Locha (Cobitis paludica)
Pardilla (Chondrostoma lemmingii)
Trucha común (Salmo trutta)
El análisis del paisaje permite comprender e interpretar el mismo entendiéndolo como resultado de la acción de la sociedad sobre el medio. Cuando miramos un paisaje además de apreciar sus valores estéticos es interesante imaginar cómo las diferentes culturas se adaptan a él, cómo los efectos del impacto ambiental de las actividades humanas quedan visibles durante años o siglos, conocer la complejidad de las interacciones ecológicas entre sus elementos y por último es interesante saber que el paisaje no es algo estático.
Todos estos conceptos son visibles en la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón. El pertenecer durante siglos al Señorío de Buitrago y el sometimiento a las ordenanzas de Villa y Tierra son algunos de los causantes de la actual configuración, dado que esas leyes iban encaminadas a preservar los valores naturales del Señorío, fomentando sobretodo la vocación ganadera.
Las condiciones ambientales de este territorio sólo permitieron a sus habitantes desarrollar una economía de subsistencia, aprovechaban los recursos naturales que les ofrecía el campo, modelaron sus bosques, cultivaron el terreno, el ganado modificaba el crecimiento de la vegetación, todo esto junto con sus compactos cascos urbanos de piedra y diferentes actuaciones forestales en el siglo XX son los ingredientes que conforman el paisaje actual.