Prádena del Rincón borrador

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Panorámica de Prádena del Rincón
Panorámica de Prádena del Rincón ©Ignacio Úbeda Liébana

Su término municipal constituye, junto a Horcajuelo, una de las puertas de entrada a la Sierra del Rincón. La carretera de Gandullas a Montejo divide en dos este bonito pueblo levantado sobre una colina, cuya suave pendiente se dirige al cauce del arroyo de la Garita.

El agua es, de nuevo aquí, protagonista ya que sus inmediaciones están surcadas por varios cauces fluviales entre los que destaca el río de la Nava. También atraviesa su territorio la reguera de Paredes, que trae agua desde La Hiruela. Todas estas peculiaridades configuran unos paisajes modelados por la mano del hombre y donde pradera y montaña compiten en protagonismo.

Ya que hablamos de “pradera”, hay que hacer notar que una de las posibles etimologías de Prádena podría derivar de las palabras “prado” o “pradera”.

Laguna del Salmoral

A unos dos kilómetros del municipio, por la carretera comarcal M-130, en dirección Puebla de la Sierra, se accede a la Laguna del Salmoral. Se trata de un estanque artificial de 20.000 metros cuadrados que fue construido a principios del siglo XX y que se nutre de las aguas del arroyo de los Santillos y de la Sierra de la Puebla. Antiguamente había sido utilizada para el riego de las huertas y pastos del municipio, al igual que las regueras presentes en Prádena, pero hoy es un atractivo espacio turístico y medioambiental.

ha habilitado una caseta de madera con rendijas para la observación no intrusiva de las aves, entre las que abundan mirlos y petirrojos, o el llamado por estos lares “chi-chi-pan”, nombre onomatopéyico del carbonero común que trata de imitar su canto. Es común que los habitantes de la sierra rebauticen con términos propios a muchos de los pájaros que surcan sus cielos. Así, por ejemplo, el mirlo acuático es conocido aquí como “relinchón” y como “chuchupín” al trepador azul. Otras especies que frecuentan la laguna –especialmente en otoño e invierno- son: fochas, zampullines, ánades e incluso la garza real.

Alrededor de la laguna discurre un camino adaptado para personas con discapacidad visual y con movilidad reducida. Basta con que tomen contacto con una cuerda, que hace las veces de lazarillo hasta unos carteles escritos en sistema braille donde se especifica la planta que está frente al invidente y, a continuación, sólo extendiendo las manos, podrá entrar en contacto con su tronco, las ramas o las hojas y familiarizarse con el árbol.

Si te sientas en alguno de los bancos que jalonan el recorrido alrededor de la laguna podrás advertir la presencia de ejemplares de galápago leproso que fueron soltados en el estanque para terminar con “el cangrejo americano”, una especie invasora que estaba acabando con especies de anfibios protegidos que encuentran en la laguna un lugar ideal, como la trepadora ranita de San Antonio, el sapo corredor, el de espuelas, etc. Este fenómeno debe concienciarnos del peligro que supone soltar especies compradas en tiendas de animales y que no son autóctonas.

Este espacio natural lacustre también alberga el llamado Jardín de las rocas, en donde se ha incluido una representación de la geología más frecuente del Sistema Central; la Pizarra de El Atazar, la Cuarcita de Puebla de la Sierra, los Esquistos de grano fino de la Hiruela o las Micacitas de Montejo de la Sierra.

Sobra decir que está prohibido el baño y hay veda de pesca… salvo para el cangrejo americano

Bosquete de Arces de Montpelier y Peonías

El arce de montpelier (Acer monspessulanum) es un árbol caducifolio de la familia de las aceráceas que no acostumbra a superar los 12 metros de altura, de distribución submediterránea y al que le gusta el suelo calizo. Sus hojas trilobuladas son muy características formando copas de cúpula ancha y densa. Tiene el tronco muy ramificado y la corteza de color gris marronáceo. Durante las primeras décadas se mantiene lisa pero al envejecer se fiura y queda dividida en pequeñas placas.

Esta especie en contadas ocasiones constituye arboledas dignas de ser consideradas y las que existen en España son catalogadas como singulares. No demasiado alejado del casco urbano de Prádena del Rincón (a un kilómetro en línea recta, en la zona llamada Lomo- Peral existe una superficie de unas 20 hectáreas aproximadamente en la que esta especie es la gran protagonista.

La singularidad de este enclave consiste en contar con multitud de ejemplares de gran tamaño y magnífico porte, formando un caprichoso bosquete que durante el otoño ofrece un colorido excepcional. Durante la primavera este bosquete se salpica de color gracias al nacimiento de multitud de preciosas peonías, herbáceas con hojas de color verde con grandes flores en forma de rosas de color fusia.

Arces de montpelier en Prádena del Rincón
Arces de montpelier en Prádena del Rincón ©Ángeles de Mingo Montealegre

Taller de fundición de campanas

Las obras de restauración sacaron a la luz el primer taller artesanal medieval de fabricación de campanas con sus respectivos moldes y un horno para la fundición que, dicho sea de paso, es uno de los mayores y mejor conservados de toda España. El sorprendente hallazgo aconteció mientras se buscaba la ubicación idónea para el nuevo sistema de calefacción del templo. Durante las catas arqueológicas previas a la construcción del nuevo cuarto de calderas, emergió una estructura de barro y tierra muy roja que se limpió hasta descubrir que se trataba de un horno. Su buen estado de conservación motivó la ampliación de la excavación poniendo al descubierto toda la estructura, en cuyas esquinas, apareció lo que parecía un molde de campanas. Se han rescatado hasta un total de seis que, sumados al horno, conforman un conjunto completo y sin parangón del trabajo industrial de la fundición histórica de campanas. La datación del yacimiento se ha situado en el siglo XVI, en concreto, entre los años 1510 y 1566, una cronología que coincide con la de otros talleres similares diseminados por la Península Ibérica.

Al parecer, durante la Edad Media, los maestros campaneros se desplazaban hasta los lugares donde se construían las iglesias y allí instalaban sus talleres. Éstos se excavaban en el suelo y, una vez terminados los trabajos, enterraban o destruían los hornos y los moldes para así preservar el secreto de la fórmula de trabajo del maestro artesano. El hallazgo de esta fundición de Prádena del Rincón, por tanto, resulta clave para entender el proceso de fabricación artesanal de campanas que se iniciaba con la confección de un molde de barro que luego enterraban, dejando sólo libre el hueco por el que entraría el bronce fundido. Sobre los moldes enterrados se levantaba después el horno desde el que caía el metal fundido. Posteriormente se desenterraban y se liberaba la campana de su molde de barro.

Restos del antiguo taller de campanas
Restos del antiguo taller de campanas ©Equipo de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón

Potro de herrar

No lejos de ahí, en una plaza situada a la entrada de Prádena del Rincón, junto al desvío que conduce a La Hiruela y La Puebla, se yergue un potro de herrar, un vestigio del pasado ganadero de este pueblo de la sierra.

Está conformado por seis bloques verticales de piedra de esquisto. Entre las cuatro piedras delanteras hay unos travesaños de madera que permitían el desplazamiento del yugo hacia delante o hacia atrás, en función del tamaño del animal. Generalmente eran bueyes, mulas y vacas de tiro.

También se distingue en la parte superior de los bloques traseros el llamado portacinchos que servían para sujetar al animal de labranza por la tripa. Este travesaño permitía el giro como una polea para poder izar al animal, cuyas patas eran atadas a unos apoyamanos compuestos por pequeños maderos verticales -o también de piedra- que se clavaban en el suelo.

El conjunto está rematado por un yunque para hacer más gráfico aún este instrumento tan frecuente en los pueblos transhumantes, pues se solía herrar antes de partir hacia tierras extremeñas.

Potro de Herrar
Potro de Herrar ©Equipo de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón

Cañadas y Cordeles

La base de la economía de este pueblo residió hasta hace poco en la ganaderia, el Catastro de Ensenada registra 1700 cabezas de ganado incluyendo vacas, bueyes, ovejas, cabras y cerdos. De la gran importancia de la ganadería de esta zona atestiguan las abundantes Vías Pecuarias que encontraremos atravesando su término como la Cañada Real de las Merinas que cruza Prádena del Rincón desde Tamajón (Guadalajara) rumbo a Lozoyuela y Madrid. Otra infraestructura ligada a la importancia que tuvo la ganaderia ovina es el Área de Interpretación de la Trashumancia, situada junto a la pista polideportiva.

Chozos y Tinaos

Las viviendas de carácter rural se mezclan en Prádena con construcciones de uso agropecuario. Entre ellas cabe destacar tres chozas (sustituir por chozos) situados cercanos a la carretera en dirección a La Hiruela y Puebla , a escasos kilómetros del potro de herrar. Si eres aficionado a la fotografía no podrás resistirte a inmortalizar sus tejados o sus fachadas enfoscadas y encaladas. También es común que recorriendo las Sendas Verdes de Prádena del Rincón te encuentre con los «Tinaos» o cerraderos, se construyeron para cobijar el ganado en las noches de invierno y suelen ser construcciones rectangulares de piedra con el tejado a una o dos aguas.

Los trabajos arqueológicos y de restauración desarrollados en la iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos en Prádena del Rincón han sido realizados por un equipo interdisciplinar formado por arquitectos, arqueólogos, historiadores, restauradores, antropólogos, especialistas en arte, numismática, topografía, fotografía, etc. llevando a cabo un trabajo de investigación científica que engloba la génesis y la evolución del edificio en su totalidad.

Se han realizando diferentes actuaciones:

  • Documentación histórica del monumento mediante la consulta de archivos históricos, diocesanos, parroquiales, etc. y bibliografía científica.
  • Sondeos arqueológicos, excavaciones en áreas funcionales acotadas y seguimiento de movimientos de tierra, tanto en la nave central, como en el ábside y el atrio norte.
  • Arqueología de la Arquitectura. Con la ejecución de catas murarias en todos los ámbitos de la iglesia (nave central, atrio norte, sacristía) y la lectura de paramentos, se realiza un proceso de análisis y descripción de todos los elementos murarios. Este método amplía el conocimiento de la evolución histórica del edificio, de las técnicas constructivas y de las tipologías arquitectónicas. El resultado es un acercamiento histórico a los muros, generando un mayor conocimiento de su génesis y desarrollo.

 

Este proceso de investigación científica ha dado resultados satisfactorios, permitiéndonos documentar y poder exponer:

  • La existencia de varias fases constructivas en el desarrollo histórico de la iglesia, que abarcan desde el siglo XII hasta nuestros días.
  • Restos de estructuras constructivas anteriores bajo la cabecera actual, siendo la de mayor interés, los restos de un ábside que formaría parte de la traza primitiva de la iglesia (siglo XII-XIII), contemporánea a la necrópolis del atrio Norte.
  • Necrópolis con tumbas de variada tipología en el atrio Norte. Antropomorfas excavadas en la roca, de bañera, con ladrillos y también aunando varias tipologías. Su utilización se documenta desde finales del siglo XII, hasta el siglo XVI.
  • Existencia de pinturas murales en los muros interiores de la nave de la iglesia, con la representación de cruces patadas de consagración, un calvario al que se superpone una gran figura de San Cristóbal y otras escenas.
  • Ocultación de un grupo de tallas en madera policromada (Virgen, San Juan y un santo) localizados en una de las catas murarias realizadas en el atrio Norte.
  • Restos de un horno de campanas y cinco bases para su fundición, en la zona exterior sur de la iglesia.

En la Senda de la Cañada de las Merinas, a un kilómetro y 100 metros del inicio, podrás encontar «El Contadero de Prádena del Rincón», un paso estrecho entre dos rocas que a modo de embudo sirvio o a cientos de pastores para contar su ganado. El pastor tocababa a las ovejas con un palo en el lomo mientras pasaban y contaba en alto: «uno, dos, tres…» así hasta 50. Al llegar a la cincuentena el ayudante del pastor decía en alto «Vayan» y hacía una muesca en su porracha con la navaja.

Pocos madrileños saben que la Comunidad de Madrid es una superpotencia minera. Un foco minero con variadísima cantidad de minerales es Prádena del Rincón, donde los cuarzos argentíferos generan pirargiritas, argentitas y estefanita de vivísimas cristalizaciones. La mina más famosa del municipio se llama La Perla y se encuentra en las inmediaciones del casco urbano en una finca privada. Cerca de su bicamina se conservan escombreras e instalaciones vinculadas a la producción del preciado mineral.

La Laguna del Salmoral además de ser un lugar de ocio en la naturaleza es también un recurso de aprovechamiento de agua para el riego de los huertos y los Servicios de Extinción de Incendios de la Comunidad de Madrid.

Contadero
Contadero ©Ignacio Úbeda Liébana